Si después de esa triste felonía
Tus lágrimas se forjaron en acero
Con esa ennegrecida y fría alegría
Convirtiendo tu piel en ruin cuero
Si después del flagrante combate
Lloras sangre, lloras balas, lloras hiel
Sabiendo que no hay quien mate
Y que tu falange no será fiel
Es paupérrima y bochornosa tu huida
De los páramos del charnego dolor
Más fuerte será tu cercana caída
Que predijo el soez prestidigitador
Cuando los cristales se hagan eco
De tal ruin e indigna hazaña
Y el cielo se quede mudo y seco
Todos para ti pedirán guadaña.