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viernes, 20 de diciembre de 2013

Corazón Republicano.

Al grito heroico de su hermano
alzo su pecho y con honor le brindó,
su corazón republicano.
Morir hoy por él
seria su derecho,
todo un placer
y menos que nada su deber.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Estados demenciales.

I

Bajo aquél manto de rojizas nubes lanzó un alarido en forma de suspiro cuando se dio cuenta que para llegar a la cima, las zancadas hasta ahora dadas eran tan minúsculas que necesitaría lustros para alcanzarla... Y entonces pensó que para llegar a su horizonte y a riesgo de ser un insensato, tendría que galopar entre el aire, elevarse cuál hoja arrastrada por el otoño y quizás así descubriera que parte de su ser le esperaba en aquella cima.

II

Quiso ser, siempre quiso ser, pero nunca supo ser y al querer intentarlo, truncado se quedo su deseo de serlo y ya nunca intento hacerlo... mas ya nunca quiso ser, nunca quiso hacer, ni estar, ni dormir ni despertar.

III

Supo en ese momento que la lucha había concluido, se dio cuenta al ver sus pensamientos mutilados y sus ideales vencidos por el conformismo... Ya nada sería igual pues los que realmente vencieron son aquellos a los que llamamos años y pasan y se cumplen y ni se compran, ni se regalan, ni se pueden abandonar.

IV

Esperó con serenidad enlutada su inminente expiación, mientras tanto, las letanías se reproducen por doquier, como redención folklórica... Y cambió un amén por un contundente ¡joder!.

V

Para ellos, los despojados de su fe, nada podría ser mas violentamente laico que blasfemar en son divino, quizás el tono fuera demasiado suave, nunca se pararon a pensar que un grito pagano de esa magnitud los maldeciría de por vida, los condenaría a una existencia enlutada, fría, llena de malas miradas, de hambre, sudor y lagrimas... simplemente con los años cayeron en la cuenta de que eso era la vida en esta tierra y que aquel grito blasfemo, aquella violencia divina era solo una cortina de humo en la que se enrolaban personas con entristecidas necesidades... y al despertar de todo aquello aprendieron a vivir.

VI

Y en esa oscuridad de silencio sepulcral intuyó la inconfesable manera de vivir en decadencia...

VII

La fiereza de los tiempos no condicionaron su condición de castigado verbal... Y lanzó lamentos mudos.

VIII

La brutalidad dogmática lo consumía con tan sólo unos pocos años, el futuro le deparaba un soliloquio crepuscular tan vacío como tímido... Y nunca reaccionó.

IX

Sabía que estos eran momentos de echarle coraje a la vida, pero su idilio con la tristeza no habia terminado, ella se negaba a dejar esta relación, él de algún modo sabía que era momento de alzar el vuelo pero tantas veces llenó su maleta de fracaso que no volvería a poner la mano en el fuego por si mismo, ni la pondría por nadie, se odiaba, odiaba todo lo que le rodeaba, era la reacción al germen que le inyectaba la tristeza y para el que tanto costaba encontrar cura. Él sabía que era momento de echarle valentía a la vida pero nunca consiguió darse cuenta que mientras continuará yaciendo con la tristeza nunca dejaría de ser ese cobarde que llevaba el miedo por bandera.

X

Debería estar contento y feliz, dando saltos de alegría, sin embargo algo se lo impedía y ese pellizco en el alma rompía sus ojos marrones y lloraban y lloraban y él invadido de un miedo mudo se frustraba al darse cuenta que no sabía el porque de su tristeza.

XI

Desencantado el soñador, soñó que soñando se llegaba al efímero placer de ser... quizás de estar o muy probablemente, el placer de despertar.

XII

Perras las angustias que condenan al afligido domador de temores cuando no son por dolores.

XIII

Ganar la guerra en la primera batalla tiene su mérito, pero ganarla después de haber sido derrotado en infinidad de ocasiones tiene el grandísimo valor del aprendizaje, saborear la derrota te hace sabio para cuando encuentras la victoria. Que nunca lo olvidemos nos hará humildes.

XIV

Me aferrare a las pocas oportunidades que me queden y aún sabiendo que en muchas fallare nunca perderé el espíritu de guerrero que inunda mi ser, nadie podrá negar que fui un luchador, un vencido y un vencedor, aquel que se dejó la piel en la ardua tarea de vencer el simplismo. Lucharé contra viento y marea, peleare cada batalla como si fuera la última y si aún así pierdo la guerra, la perderé con la dignidad que me corresponde, pero cuando en la vejez me pregunten, diré que... aunque nunca estuve en pie de guerra siempre anduve a la sombra de las balas.

XV

Vacilaba... y el estruendo de la devaneante explosión le despertó fijado en el sentimiento mas yermo de su empírico sentimiento.

XVI

Los lazos carnales que les unían, se deshicieron como la espuma con el fracaso corporal del que perdió su tipo, cuán importante era besar al escultural caballero y que inapropiado pasear con un mortal y orondo ser humano.

XVII

Fin de fines comienzan en el principio de aquellos últimos acontecimientos que despojados del pasado viven flagrantes el presente, mientras tanto liban el futuro baldío y quiebran verdades, rompen preguntas entre secas tempestades, quizá el pensamiento este en su punto más demente y sólo quizás nos apiademos de esa gente.

XVIII

Aquella empírica emoción convirtió en impío el sentimiento de aquel que sin quererlo, intentaba descifrar la fórmula arcana de lo que creía, era amor.