Destello imnombrable
En el jardín de mis rencillas
Tejiendo la telas
De mis sueños imborrables
Escucho susurros
De mudos chasquidos
Que mecen mi cuna
Y la de mi destino.
Aprieto los dientes
Y recuerdo mis sueños
Algo me dicen
Y no los descifro
Coartado el silencio
Rompe en llanto
Del desierto de coral
Que en cristal se queda
Hasta ver que nada
Produce ceguera
El aullido del viento
Emana del vacío
Y las luces gentiles
Abrasan el estío
Carne de mi carne
Es lo que dicen mis sueños
Sangre de mi sangre
Rezan las letanías
De arpías deslenguadas
Que invaden mi mente
Cada vez que inundo mi pecho
Atruena mi decadencia
Por desatada indecencia
Que oprime mis sentidos
Varados en los limos
Regados con paciencia
Vagando por agua helada
Con su tierno retoño en brazos
Cuando el destino le embarga
Se da cuenta que algo le falta
La vida del cordero
Se quedo estancada En esa incandescente agua helada.
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jueves, 24 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
Aliento.
Luchando contra mi desesperación quede
Mientras el desaliento ganaba la batalla
Con garra afilada y guadaña mellada
Golpeando mis entrañas y mi mente canalla
Postrado en plena contienda ya devorada
Intentaba resistir la muerte consumida
Los sentidos despojados de mi vil ser
Huían agazapados, mal heridos y derrotados
En el camino ensangrentado deje mi aliento
Avergonzado por degollar la valentía
Que jamás supo ser mía y que nunca
Nunca apareció cuando fue necesitada
Entre huesos quebrados regalando alaridos
Navegue en mi escapada fogosa
Que nunca explique por dolorosa
Que nunca me perdone
Y saliendo de los frondosos campos de batalla
Supe que mi maloliente sentimiento
Tan solo era reflejo de mi mísera persona
Tan cobarde como temerosa e imperdonable.
Mientras el desaliento ganaba la batalla
Con garra afilada y guadaña mellada
Golpeando mis entrañas y mi mente canalla
Postrado en plena contienda ya devorada
Intentaba resistir la muerte consumida
Los sentidos despojados de mi vil ser
Huían agazapados, mal heridos y derrotados
En el camino ensangrentado deje mi aliento
Avergonzado por degollar la valentía
Que jamás supo ser mía y que nunca
Nunca apareció cuando fue necesitada
Entre huesos quebrados regalando alaridos
Navegue en mi escapada fogosa
Que nunca explique por dolorosa
Que nunca me perdone
Y saliendo de los frondosos campos de batalla
Supe que mi maloliente sentimiento
Tan solo era reflejo de mi mísera persona
Tan cobarde como temerosa e imperdonable.
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