El enjambre esta vacío, ¡han huido!
hay desconcierto y ruido en el lugar
son pocos los que por suerte han vivido,
la batalla sangrienta nadie la pudo parar.

Los cuerpos yacen en el campo de batalla
y el enjambre arde solo y desesperado,
ya nadie escapa a la mortal metralla
y el que huye ya respira desgastado.

Se ha escrito una triste pagina negra
en la historia de un mundo devorado
seco y ruin, del que ya nada alegra
y ellos han huido con rostro clavado.

¡Han huido! raudos sin mirar atrás
y el enjambre arde triste y lloroso
sin mirar atrás, sin preguntas... sin mas!
dejando un lugar vacío, frío y doloroso.

Aquel órdago casi indecente
sostuvo feroz la indecencia
de quien al ser indiferente
nunca pierde su paciencia.

Después la jugada maestra
cerceno aquella posibilidad
que fue a veces tan nuestra
que perdió su amabilidad.

Destronado con cierta fiereza
sostuvo en pie su garganta
y ante tal muestra de entereza
la mantuvo sacrosanta.

Termino la partida despojado
del honor seco y malsonante
y en el intento de ser airado
cayó fugaz y al instante.

Ajeno al dolor nunca estuvo
más hubo de desmerecer
aquello que nunca tuvo
y le hizo empequeñecer

Quizás nunca se disuelva
en quejidos draconianos
y el día que nunca vuelva
se disipara frío y arcano

Alejado del quimérico mundo
engendro soledad susurrada
y en aquel lugar inmundo
se quedo su voz apagada

Ajeno al dolor nunca estuvo
mas lo sangraba colérico
por allá donde anduvo
con gesto cadavérico.