Darse tiempo.

Quizás el tiempo no lo cure todo, pero lo que verdaderamente es cierto, es que el tiempo, paciente como siempre, nos hará ver las cosas en su modo más correcto, por eso el tiempo es sabio, porque te ofrece la oportunidad de darte cuenta de esos detalles que en momentos te nublan el corazón y no te dejan ver la verdad del sufrimiento, un sufrimiento a veces falso que fijamos en situaciones concretas, sólo para tapar las cosas a las que verdaderamente tenemos que enfrentarnos.
Mientras exista el tiempo no dejaremos de tener la oportunidad de ver y darnos cuenta que tantas veces sufrimos equivocadamente.

Me voy a dar tiempo, todo el tiempo del mundo, desterrare a la impaciencia y mientras bailo con la vida absorberé de esa sabiduría que sin nada a cambio me ofrece el maravilloso tiempo.

BAILEMOS AL RITMO DE LA VIDA MIENTRAS MIRAMOS CON EL CORAZÓN.

En su pecho de cristal
brilla la luz metálica
entre agujas de coral
y una sonrisa hermética.
El latir de aquel corazón
de tono azul pastel
desdibuja la razón
simulando ser clavel.
Pide tanto amor
pide una mirada
da tanto dolor
regala más temor.
Y en su vida empapada
revela con clamor
un vacío ciego
un minimalista ego.
Triste al respirar
llora con decencia
y en cada palpitar
se come su paciencia.
Penita llenita de sal
la vivida en claridad
encierra su triste mal
sin conseguirlo de verdad.

Ay! de mí, de mi intuición,
de mi timidez hecha inocencia
de mi falsa ambición.
Ay! de mí, de mi perdón,
de mi fluidez hecha paciencia
de mi maldito corazón,
Ay! del ay! si se pierde la razón.