Sin Querer.

Salte de vida en vida
sin vivir de salto en salto
vague por los caminos
sin desgastar mis zapatillas

prendí mis pensamientos
sin pensar que los perdía
cerré todas mis puertas
sin abrir las ventanitas

zarpe por negros mares
sin inflar los salvavidas
subí altas montañas
sin usar paracaídas

hice tantas cosas sin querer
que no supe saber si las hacia
pero nunca fue intencionado
predicar absurdas letanías.

Arden las calles del mundo

Arden las calles con fiereza
se deshojan las vidas labriegas
y el verdugo aplica con firmeza
bastardas ordenes a ciegas

en las aceras muere la cordura
mutilada por trajes y corbatas
en las cuales subyace la locura
de los que antes hombres
ahora son ratas

el hambre voraz merodea cercana
comandada por el poluto poderoso
acecha a tus hermanos y hermanas
sembrando un temor doloroso

la justicia aguarda invidente
el momento de no despertar
pues no sabe ser indulgente
ni con su sereno pueblo
ni con su buena gente

arden las calles del mundo
pero quedan las frías cadenas
que dejan al pueblo iracundo
mientras les degollan sus penas

Pasa el tiempo.

El contoneo de la arboleda
al son del aire crispado
me recuerda que la luna sestea
mientras aguardo su llegada sentado

el cielo acaricia los montes
las nubes descansan dormidas
impávidas sobre los pinos
esperando pasen los días

las cigarras me susurran verdades
que yo jamas contaría
pues los pájaros no deben saber
los días que aguardan en vida

pinos verdes sedientos de compañía
tantos años llevan en silencio
desde que dejamos de ser niños
esperando les cuenten un cuento

caminos que llevan a la infancia
esa que en estos campos gastamos
hoy recordamos los días
en los que fuimos inocentes enanos

paso el tiempo y quedan recuerdos
quedan cuerpos mas viejos
quedan lomas quedan hiedros
quedamos hombres de mentes jóvenes