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viernes, 28 de julio de 2017

En un castillo de arena
cimientos de gris oleaje
esconden su triste pena
y la inyectan de coraje.
En un castillo de arena
el aire se hace amigo
de los que con voz serena
admiten su cruel castigo.
En un castillo de arena
hay paredes de murmullo
que al soplar se hace condena
haciendo su dolor tuyo.
En un castillo de arena
yace una Luna lunera
que atrapada con fría cadena
se da al sol pura y entera.
En el frío insomnio de la intimidad
intuye un breve acontecimiento,
que distorsionado de esta realidad
emana del más puro sufrimiento.
Es un sacrificio redimido
que acoje con cierta ironía,
pues deja al feliz deprimido
y al valiente en pura cobardía
Y es en esa intimidad desvelada,
cuando reabre la fiel herida
que un día con hilo quedo cerrada
convirtiéndose en cicatriz suicida.

sábado, 22 de julio de 2017

Sus lágrimas dibujaban una sonrisa
y reían y reian como si no llevaran prisa,
bajaban por sus mejillas hasta el corazón
para aferrarse a él con fiereza y tesón.
Ellas le cantaban con voz vehemente,
para recordarle al corazón que no existe vida hiriente.
El latido aumentaba con feroz gallardía
pues las lágrimas decían que habría otro día
y aquel latir borro de su vida
todas las macabras y gélidas idas y venidas.
Entonces explotó lleno de luz y compasión,
sólo así, aquel corazón pudo huir de su prisión.