Con los labios cosidos
Gritos mudos lanza al vacío
Con lágrimas ensangrentadas
Así pasa los días
Tan asustada
Brindando oportunidades a su verdugo
Todas quebradas en forma segada
Nunca se quito el triste yugo
Esa mujer que fue mortalmente callada
Sonrisa trabada a fuerza de hierro
Labio partido
Sostuvo temblorosa su casamiento
Entrada la noche comenzaba la agonía
El alcohol se hacia enemigo directo
Y él un discípulo hambriento
Que en bruta dialéctica mataba y moría
Encerrada y dolorida ella se prometía
Que de hoy no pasaría
Pero el miedo en perdón se transformaba
Mientras engañándose decía que lo amaba
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