Me equivoque al pensar que el pasado podría ser presente,
que los recuerdos perduran impasibles en la mente,
fue un error creer que las cosas de ayer son las de hoy
y nunca debí pensar que la felicidad de antaño volvería.
Me equivoque al pensar que el abrazo de ayer aguantaría,
nunca caí en la cuenta de que los años habían pasado,
me conforme pensando que nada había cambiado
fue un error esperar que todo fuera igual que en mi partida.
Ahora diría que quizás la experiencia me hizo grande
que mi delirio eventual me ha curtido como persona,
de este viaje aprendí que ya no existe mi pasado
que debo aprovechar este mi aliviado presente.
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