En su pecho de cristal
brilla la luz metálica
entre agujas de coral
y una sonrisa hermética.
El latir de aquel corazón
de tono azul pastel
desdibuja la razón
simulando ser clavel.
Pide tanto amor
pide una mirada
da tanto dolor
regala más temor.
Y en su vida empapada
revela con clamor
un vacío ciego
un minimalista ego.
Triste al respirar
llora con decencia
y en cada palpitar
se come su paciencia.
Penita llenita de sal
la vivida en claridad
encierra su triste mal
sin conseguirlo de verdad.
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