Era un tiempo imperfecto
de demonios mentales
y el camino más recto
nos deshizo en retales.
Los verbos se agotaron
consumidos en su piel
y así, sin mas, agrandaron
su herida mas infiel.
Los abrazos desviados
fundieron su alma
y al no ser encontrados
rompieron su calma.
Era un tiempo imperfecto
como tantos otros hubo
y en ese tiempo siniestro,
dejó perder lo que tuvo.
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