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viernes, 1 de junio de 2018

Un día despertó 
y sin saber cómo ni porque,
había desaparecido.

De repente se encontró 

enérgicamente vital,
en un mundo luminoso 
despampanante y sideral.

Se puso el traje del amor 

y por corbata una sonrisa,
despidiendo al dolor 
de la forma más precisa.

Y allí se dispuso a caminar 

observando los colores 
y empapando sus sentidos
de todos los mágicos olores.

Había superado sus temores,

desterrado los miedos
que antaño fueron temblores
y con su pecho descubierto
de nuevo pudo darse 
al mundo despierto.

Para asi poder gritar al viento

que feliz querría ser
en todo su firmamento.

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