En pie las nubes del averno
zurcidas con la aurora boreal
que surge del subsuelo purpura
del desierto de mi sepultura
jerarquía sembrada en mantillo
regado de aguaceros insonoros
firmes dientes cría alrededor
del infame campo yermo
cenizas gélidas abonan
el mantillo casi decrepito
casi convertido en arena
de la que nunca hace montaña
fieles sus capitanes sus tenientes
con su semen de pantera
no abandonan la esperanza
de perecer por su bandera
el canto mudo chirría viudo
al oído de los infantes
tan firmes tan arrogantes
tan dispuestos a evaporarse
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