Arremeter al desden del donde
encierra polutos sarcasmos
de esos endogámicos y blandos
caballeretes del santuario
Famélicas serán las narraciones
de los mudos conversadores
que braman sedientos de sangre
sedientos de jugos virginales
Después de aradas las nubes
deshojan los rayos del sol
vertiendo improperios satánicos
a las puertas del frío averno
Ya olvidando su frustrada estancia
en el hospicio del fornicador
piensan estudiar proxenetismo
y así coleccionar mil meretrices
Caída la noche dejan de florecer
y marchitos sueñan funerales
donde sus sentidos rezaran
al son de eyaculadas letanías
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