Vistas de página en total

jueves, 7 de mayo de 2015

Suena el pistoletazo de salida,
mi cuerpo se transforma,
mi mente se alía con mis piernas,
el pecho se agranda
y mi respiración coge conciencia.
Ya estoy en mi mundo
sumergido profundamente en él,
mis ojos se agrandan
y la visión se amplía colorida,
un kilómetro más
y otro latido expande mi sangre
dejando otra profunda sensación de bienestar.
La ilusión guía estas zancadas,
mientras, el dolor desaparece,
no hay tormentos en mi cabeza
todo fluye en plena libertad
y es que en esos momentos
cuando devoro kilómetros sin parar
es cuando me doy cuenta
que mi alma descansa sosegada y en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario