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miércoles, 14 de octubre de 2015

Oscura luz que alumbra
la desgastada alcoba
que rezuma  penumbra
de esa vida tan loba.

Dos direcciones partidas
le llevan al lugar tenebroso
donde quiso curar sus heridas
aquel joven hermoso.

La tenue luz le acompaña
nunca le dejara ir solitario
pues es ardua su campaña
y frágil su caminar diario.

Los caminos de gris arena
se multiplican incansables
van hacia tantas penas
que son heridas incurables.

Basto es su suspiro
entrecortada su mirada
y entre respiro y respiro
bebe de su sangre helada.

Y sigue la senda erguido
sin saber su futuro destino
pues de él no ha surgido
el iniciar pronto camino.

La luz oscura le murmulla
con voz muda y pausada
que su vida es también suya
aunque este rota y usada.

Ahora sabe que no hay final
que vagara por la eternidad
que ni tan siquiera es temporal
este camino de perplejidad.

Y tan triste se le antoja
tan  mal incomprendida
esta lúgubre y fría paradoja
que ya no desea mas vida.

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