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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Tu sentada en la esquinita
mirando un cielo tan lejano
tan oscuro y tan frio
tan llenito de estrellitas.

Tu cabello no es de oro
es de oscuro azabache
y tu sonrisa mueve mares
tan llenitos de azahares.

Tus ojitos hablan solos
murmullan por soleares
alumbran las calles
como eléctricos faroles.

De tul piel se desprende
un aroma elegante
que penetra en mi persona
como agujas llameantes.

Son tus manos almohadas
tan suaves y sencillas
que mueven alocadas
mis más dulces pesadillas

En mis sueños más profundos
anhelo ansioso tu llegada
mientras te busco por mil mundos
para saberte encontrada.

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