A donde voy, ni sé,
de dónde vengo
no recuerdo,
este dolor que tengo
ni lo doy ni lo vendo.
El fuego dentro
enciende mi infierno
y en este invierno
arde mi centro,
mis entrañas son brasas
Y allá por donde pasas
-me dicen-
dejas la huella de la parca.
Maldita sarna en mis neuronas
que guardadas en un arca
guardan como centurionas
las actitudes más bastardas.
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