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domingo, 12 de junio de 2016

Querido vil pensamiento
de supuestos invadido,
no me cargues de tormentos
ni me atraques decidido.

No me digas lo que piensas
sin mostrarme lo que sientes,
porque cuando mi mente tensas
me humillas y me mientes.

Querida culpa devoradora
ya cumpliste tu papel,
pues ya ésta es la hora
de marchar y no volver.

Dolor que ya no duele
más que en este sueño,
deja marchar y que vuele
a este cuerpo ya con dueño.

Y por el aire vienen cantos
susurrados en mil azahares,
vienen risas, marchan llantos,
vienen futuros crepusculares.

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