días de vino y rosas
que cambiaron las cosas,
de una vez y a la primera.
De su interior surgió
con gran fuerza y valor,
aquel gran resplandor
que su vida iluminó.
Así fue que su razón
antes sin ninguna prisa,
se empapó de esa sonrisa
que esbozó su corazón.
Y al tiempo ya pasado
vive sereno y en paz
con un espíritu audaz
que al dolor ha derrotado.
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