Eran casi imperceptibles
camuflados bajo el sol,
allí donde tan susceptibles
perdieron todo control.
Generaron un caos absoluto
dentro de la casa de Noé,
el más vil y astuto
de los asesinos que cree.
Revolicaron el armario
donde nada más encontraron,
el emborronado diario
de a los que anoche perdonaron.
Después de vencido el hurto
marcharon en astuta procesión,
así tan despacito y a gusto,
sin absoluta indecisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario