Enjambres sombríos llenos de frío
Concentran amargos sabores sangrientos
Y escapan al embarrado abismo del limbo
Demacrado aturdido y sin aliento
Macabros festines en tierras infértiles
Destapan el día agonizante y pueril
Simientes sembradas a capa y espada
Por cadáveres mutilados y un gusano gentil
La parca despierta empapada en su vomito
Mientras las almas perdidas cavan su tumba
Esperando su entierro con emborrachada ironía
Pues oyen llegar al verdugo a ritmo de rumba
Después de acabados los sarnosos agujeros
Pasan el rato comiendo sus tripas meadas
Pues el hedor les aturde y confunde en exceso
Y en el infierno se las engullen a patadas
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