Vistas de página en total

miércoles, 14 de enero de 2015

Castillo de arena en cimientos de pena
en sus paredes esculpidas lágrimas de sal
embellecen los pasillos de calma serena
y hacen de la estancia algo tan banal

Allí reposa su alma solitaria y ciega
entre la oscuridad de su turbio pecho
y los alaridos crujientes de ventanas
que incesantemente se juntan con el techo

Por los pasillos divaga Vagabundeante
con ritmo febril y paso octogenario
a pesar de su  edad de viril infante
pasea siempre con su viejo tenebrario

Del castillo hizo su merecida y fría prisión
de su pena su fiel y amada compañera
él que siempre tuvo fina y ligera ilusión,
esperanza vital y estupenda viajera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario